Tras llegar ayer por la tarde a la localidad de Monte Gordo en el Algarve portugués, donde nos esperaban Juan Diego Bote y Javier Alves junto a su entrenador Manuel Ordiales, que llegaron el lunes, hice un rodaje para soltar el viaje junto a Paquillo, la tarde no nos dio para mucho más, sólo comprar algo para comer, luego ducha, cena y a la cama que hoy empezaba lo duro.
La concentración durará hasta el 7 de febrero donde intentaremos escapar del clima que hay en Cáceres y comenzar con la puesta a punto para el nacional de campo a través.
La mañana empieza con contratiempos, se nos olvida comprar algu
nas cosas, como por ejemplo la sal, el aceite y el azúcar; lo que nos lleva a tomar el café sin endulzar y las tostadas un poco secas. Tampoco compramos para lavar los platos y únicamente podemos enjuagarlos.
Por si fuera poco, continuamos con otro sobre salto. Mi compañero Paquillo se ofreció para cortarme el pelo, eso sí, sin contar con el mejor material (a la maquinilla de pelar le faltaban todos los números menos el 0). Entonces empezó con el 0 y el peine a trabajar como un autentico profesional de la peluquería, minutos más tarde se daba cuenta de que su profesionalidad no era tal, y se le escapo un buen trasquilón. Una vez hecho el daño, recurrió a otro experto en la materia, Juan Diego Bote, que terminó por rematar la faena.
Aquí el resultado:
La mañana empieza con contratiempos, se nos olvida comprar algu
nas cosas, como por ejemplo la sal, el aceite y el azúcar; lo que nos lleva a tomar el café sin endulzar y las tostadas un poco secas. Tampoco compramos para lavar los platos y únicamente podemos enjuagarlos.Por si fuera poco, continuamos con otro sobre salto. Mi compañero Paquillo se ofreció para cortarme el pelo, eso sí, sin contar con el mejor material (a la maquinilla de pelar le faltaban todos los números menos el 0). Entonces empezó con el 0 y el peine a trabajar como un autentico profesional de la peluquería, minutos más tarde se daba cuenta de que su profesionalidad no era tal, y se le escapo un buen trasquilón. Una vez hecho el daño, recurrió a otro experto en la materia, Juan Diego Bote, que terminó por rematar la faena.
Aquí el resultado:
Tras estos acontecimientos, me dispongo a realizar la primera sesión dura de la concentración, que consta de unas series largas con poca recuperación. Las sensaciones son buenas, aunque todavía estoy algo cansado del viaje.
El resto del día transcurrió sin más novedades; comida, siesta, un rodaje suave junto a Paquillo (que iba con la barriga “jodida” a causa del zumo portugués “Pakito”).
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